"Venid luego dice Jehová y estemos a cuenta". Is. 1:18
   
  Misión Bautista Filadelfia
  "Todo tiene su precio"
 

                                                            “Todo tiene su precio”.

 Texto: Lucas 14:25-33.
Introducción: si uno se pone a pensar en los logros que el hombre quiere alcanzar en su vida, tales como una estabilidad económica, una profesión, bienes materiales, fama en algún área, para cualquiera de esas cosas quien los desea necesitará, de mucho esfuerzo, de muchas privaciones y abstenciones, tal vez nunca logrará algunas de esas metas si no está dispuesto a sacrificar otras cosas para lograr el fin propuesto. El Señor Jesús desea enseñarnos en este día, que el camino de su discípulo no es tan diferente. Nadie puede ser un “Verdadero discípulo de Cristo”, si NO cumple con los requisitos fundamentales, dados por el Maestro.
 
Requisitos para ser un verdadero discípulo:
 
I.- Amar a Jesús debe ser lo más importante en la vida del discípulo.(Vs. 26).
  •   Amar más al Maestro, que a padre y madre.
  •    Amar más al maestro, que a hermanos y hermanas.
  •     Amar más al maestro, que a nuestras propias vidas.
 ¿Es el amor al maestro, lo más importante de tu vida?
 

II.-   Seguir al Maestro, en su sacrificio, debe ser lo más importante en la vida del discípulo.
(vs.27-32).
            Nadie que no sea lo suficientemente serio como para sacar los costos de una vida discipular en Cristo, podrá ser un discípulo del Maestro.
Costos para Jesús:
  •  Sufrir la oposición y menosprecio de la familia.
  • Sufrir las críticas
  •  Sufrir la vergüenza.
  •  Sufrir el desprecio de la gente.
  • Sufrir el despojo de mis deseos y metas personales. (si no están de acuerdo).
  • Sufrir la presión del medio.
  •  Sufrir la pérdida de “familiares y amigos”.
  • Sufrir la muerte, si fuere necesario.
¿Has sacado bien tus cuentas?
 
III.-   Seguir al maestro en la renuncia a todas las posesiones, debe ser lo más importante en la vida del discípulo(Vs.33).
            El Señor, nuestro Maestro renunció a todas sus posesiones, aún a su propia condición divina, para poder a ayudar a cada uno de nosotros y salvarnos del pecado, los discípulos del Señor Jesús, en su ministerio terrenal, renunciaron a todos sus bienes y posesiones, para poder seguir al Señor, ya que “nadie puede tener dos señores…”.
 
¿A qué bienes y posesiones has renunciado tú, para ser discípulo del Señor?.
 
Conclusiones: 
           si no cumplimos con los requisitos entregados por el maestro, sencillamente “no podemos ser sus discípulos”, ¿has sacado los costos, estas dispuesto a pagar el precio de ser un discípulo del Señor?.

 
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